Es una excelente opción a la hora de buscar un estructurante para el suelo.
El carbón vegetal es un material de lenta degradación que ayuda a brindar aireación al entorno.
Posee una textura porosa que facilita el asentamiento y proliferación de mícroorganismos, convirtiéndolo a cada trozo en una semilla de este consorcio.
Tiene una gran capacidad de retener agua, reduciendo la frecuencia entre riegos, colaborando directamente con el proceso de humificación.
Es un excelente regulador térmico, protegiendo a las raices en climas hostiles.
El biocarbon NRP está inoculado con mícroorganismos nativos, conservados en una fermentación láctica.
Empezá a reemplazar la perlita o vermiculita por estrucurantes naturales que favorezcan los procesos bioquímicos del suelo.